Que la leche ya no alimenta, solo es agua. Que los niños son más dependientes, caprichosos e incluso, pueden tener problemas sicológicos. Que les saldrán caries. La mayoría de los contras que rodean la lactancia materna extendida son mitos y en esta nota queremos derribarlos.
¿Qué es lactancia materna prolongada?
La OMS recomienda amamantar mínimo hasta los 6 meses y al menos hasta los 2 años, a lo que llamamos lactancia prolongada. Decimos “al menos” porque, pese a las creencias, el continuar con la lactancia materna después de los 24 meses aún entrega innumerables beneficios para el bebé y para la mamá.
Aproximadamente solo un tercio de los bebés que reciben lactancia materna continúan siendo amamantados después de los 2 años, generalmente por desconocimiento y presión social.
Beneficios para la mamá y el lactante
Contrario a todo lo que podamos escuchar y creer, el seguir con la lactancia trae consigo distintos beneficios.
Para los bebés, continúa siendo fuente de inmunización, recibiendo defensas desde la mamá mientras su sistema inmunitario continúa desarrollándose. Esto es sumamente importante sobre todo en los niños que asisten a jardín infantil y sala cuna, donde los virus y contagios son cosa del día a día.
Por otro lado, cuando un niño está enfermo por lo general pierde el apetito, como todos, y deja de comer. Sin embargo, no deja de recibir y pedir lactancia (salvo algunos casos, siendo un signo de alerta)
Sobre todo en caso de enfermedades gastrointestinales o fiebre es importante la mantención de la lactancia, evitando deshidrataciones.
Además, la leche materna contiene probióticos que ayudan cuando se presentan diarreas.
Por otro lado, su composición va modificándose de acuerdo a la edad y necesidades nutricionales del lactante, aportando después de los dos años el 43 % de las proteínas que necesita el bebé, un 60 % de vitamina C, 75 % de vitamina A, 76 % de ácido fólico y el 94 % de la vitamina B12.
Prevención de caries y otras patologías.
Otro mito es que la lactancia prolongada puede producir caries en los bebés. Al contrario, contiene minerales como el calcio y el fósforo, y proteínas que hacen que favorezca la remineralización del diente. Además, es una fuente de inmunoglobulización y contiene un ph adecuado que no modifica el ph de la boca, entre otros. Todos estos beneficios hacen que la leche materna ayude a prevenir la aparición de caries.
La lactancia materna en niños mayores ayuda además a prevenir la obesidad infantil y protege contra la diabetes 1.
¿Y qué pasa con la mamá?
Quienes amamantan tienen menor riesgo de fracturas por osteoporosis en la tercera edad, se reduce la posibilidad de desarrollar una enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2.
Y quizás el beneficio más importante para las mamás, es que la lactancia materna ayuda a disminuir la posibilidad de cáncer de mamás, en un 4.6% por cada 12 meses que amamanta a su bebé.
Es decir, si continúa la lactancia después de 2 años, ya estaría disminuyendo el riesgo en un 9,2%. Y el efecto es acumulativo y se multiplica por el número de hijos.
Ya lo sabes, solo existen beneficios en el continuar amamantando hasta que tú y tu bebé lo decidan ¡A no ceder ante las presiones!