Como sabemos, la alimentación nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. De hecho, durante el período de gestación, las guaguas empiezan a desarrollar el sentido del gusto y el olfato, a través de los alimentos que ingiere la madre.
Posteriormente, el recién nacido comienza a sentir los sabores que adopta la leche materna a través de los alimentos que consume la mamá. Por lo tanto, es una instancia para relacionarse con los niños y en la que también se propicia el apego. Ambos factores (apego y alimentación) son agentes reguladores del estrés y los afectos de los infantes.
Como vemos, su importancia es fundamental, más aún cuando son recién nacidos. Es ahí donde queremos enfatizar, ya que la alimentación de los primeros mil días de vida (considerando el período de gestación, hasta los dos años de edad), es uno de los factores determinantes del crecimiento y desarrollo de los niños.
Ahora nos enfocaremos en la alimentación de recién nacidos de hasta un año de edad. Para que quede más claro, tenemos que hacer la distinción entre los 0 a 6 meses de vida, y los 6 a 12 meses.
Alimentación entre los 0 a 6 meses
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF sugieren que los recién nacidos basen su alimentación en torno a la lactancia materna desde los 0 a los 6 meses de vida. En ningún caso este período debe ser menor a los 5 meses.
A esta fase de la alimentación de los niños se le denomina “lactancia materna exclusiva”, ya que el lactante solo ingiere leche del pecho de su madre, o bien extraída de su madre, y en último caso de un banco de leche humana. La única excepción corresponde a solución de hidratación oral, gotas o jarabes de suplementos de vitaminas o minerales, o medicamentos.
Su importancia radica en que la lactancia materna entre los 0 y 6 meses cubre las necesidades de energía y nutrientes para la gran mayoría de niños y niñas.
Además otorga otros beneficios, tales como:
Finalmente, es bueno también tener en consideración que los niños alimentados con fórmula artificial, están expuestos en mayor medida a padecer asma, diabetes tipo 1, hipertensión y colitis, entre otras enfermedades.
Alimentación entre los 6 a 12 meses
Desde los 6 meses empieza una nueva etapa en el contexto alimenticio para los niños, ya que comienzan a incorporarse paulatinamente alimentos sólidos a su dieta. Estos son un complemento a la lactancia materna.
El objetivo de la alimentación complementaria es cubrir los requerimientos nutricionales y al mismo tiempo estimular el desarrollo neurológico y motor del infante. Mientras que esta debe incluir alimentos sólidos o semisólidos como papillas o purés, y también agua.
A la edad ya descrita, el niño es capaz de discriminar texturas, sabores, olores, temperaturas y consistencia de los alimentos. Al mismo tiempo puede modificar la ubicación espacial de la lengua y desarrolla la deglución más madura.
Gracias a este desarrollo, las condiciones para que el infante comience a ingerir alimentos sólidos están dadas. Es pertinente precisar que la papilla no debe contener grumos, ni trozos de fibra, principalmente por la ausencia de los incisivos. Posteriormente, entre los 8 y 9 meses la papilla puede tener una consistencia más gruesa.
En términos generales, una papilla debe estar compuesta por algunos alimentos esenciales para la guagua: cereales, vegetales disponibles de la estación, carnes (bajas en grasa) como vacuno, pollo o pescado.
Para el postre pueden probar puré de frutas (crudas o cocidas), estas pueden ser de cualquier tipo e incluso se pueden mezclar para dar variedad. No se deben agregar azúcar, ni endulzantes como la miel.
Como ves, una alimentación adecuada en recién nacidos es fundamental para su correcto desarrollo y crecimiento. Durante los meses iniciales de vida tiene consigo múltiples beneficios, incluidos el apego y el vínculo que genera la lactancia entre la madre y el hijo. Posteriormente, con la inclusión de alimentos sólidos comienza una etapa de descubrimiento de sabores, olores y texturas para el niño, que dará inicio a un mundo nuevo para él. Independiente de la etapa en que se encuentre, su alimentación debe ser adecuada y para asegurar que así sea, el apoyo en un profesional es indispensable.