Le presentamos a Elizabeth Inostroza, paciente de la doctora Aranzazu Jugo. En esta nota nos comparte su experiencia en nuestro centro de nutrición, tras sufrir de obesidad muchos años de su vida.
“Mi nombre es Elizabeth Inostroza, tengo 56 años y soy de la ciudad de Valdivia. He llevado mi obesidad por muchos años, recuerdo que la única vez que logré bajar fue a los 29 años, con un tratamiento con anfetaminas, volviendo a engordar mucho más, sin lograr éxito después. El año pasado, por intermedio de una amiga paciente de la Dra. Jugo, quien me la recomendó, llegué a Benefit en Puerto Varas.
La obesidad me produjo una artrosis severa de rodillas, comprometiendo el 82% de las articulaciones, por lo que tenía que usar muletas permanentemente. Llegué a Benefit con 97 kilos, y muchos dolores que me hacían llorar cada noche. Por esto pedía a Dios que me ayudara a bajar de peso. Además el reumatólogo me decía que sólo perdiendo esos kilos, lograría estar mejor. La primera vez que fui a Benefit, e hicimos mi evaluación, creímos que me costaría un par de años bajar esos más de 30 kilos de exceso.
Nunca perdí la esperanza, no fue fácil las primeras dos semanas, en parte por la ansiedad constante que tenía a raíz de mi desorden alimenticio, comía varias veces al día hasta en la noche tarde. Me sentía como un alcóholico o drogadicto al que le estaban sacando un vicio, incluso el genio me cambiaba. Pero entendí que debía ser perseverante y usar mi fuerza de voluntad. De a poco me miraba en el espejo y veía ciertos cambios, como que la ropa me quedaba más suelta, lo que comenzó a motivarme (me podía comprar ropa de tallas menores). Fue importante tomarme fotos para ir viendo los cambios y también los comentarios de mis familiares, especialmente mis hijos al ver la diferencia, me decían "mamita estamos tan felices de ver tu evolución" y eso me llegaba al corazón.
Quiere decirles a todos los pacientes o quienes viven lo mismo que si se puede, hay que tener esperanza y ser perseverantes. Agradezco a mi Dra. que desde el año pasado con su apoyo y el cambio de sistema de alimentación me ha ayudado a bajar 22 kilos. Esto enseñándome qué comer y cómo llevar horarios adecuados. Espero de corazón que a los que lean este testimonio, les sirva. Aún me faltan bajar unos 10 kilos pero sé que llegaré a mi meta. Ya no uso muletas y mi vida cambió radicalmente. pero si bajo suficiente podré optar por las prótesis.”
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