La entrada a clases no sólo es un tema para los niños, los padres y apoderados también tienen muchas responsabilidades asociadas a este periodo. Entre ellas, la alimentación de los más pequeños, fundamental en una etapa de crecimiento que es crucial para el desarrollo intelectual y físico, y donde además se forman los hábitos que posiblemente mantendrán para su vida. ¿Cómo hacerlo bien para beneficiarlos con una buena nutrición? A continuación nuestras recomendaciones.
El inicio de la etapa escolar marca un hito en la vida de todos, que se distingue por un proceso de maduración donde se va creando autonomía en distintos ámbitos. Los niños comienzan a relacionarse con los alimentos por sí solos, por lo que el aporte de los padres desde temprana edad es básico, sobre todo conociendo los elevados índices de sobrepeso y obesidad infantil que se inician desde los primeros años.
Hoy en día, es cada vez más frecuente que los padres, debido a sus ocupaciones laborales y poco tiempo libre, deleguen la alimentación de sus niños en los jardines y colegios, cuyos menús pocas veces son los óptimos. Si vas a tomar esta opción, averigua bien qué es lo que ofrecen y si es acorde a sus necesidades nutricionales, sino, envíale sus propias comidas y colaciones. Esta alternativa es siempre la mejor.
¿Qué incluir en cada comida?
Aunque los requerimientos nutricionales de los niños dependen de su edad, siempre deben incluir alimentos de los cinco grupos básicos, cuidando que las porciones sean acordes a su edad y composición corporal. En general, a ellos no se les restringe la cantidad de calorías, más bien se recomienda que aumenten el gasto calórico, fomentando la realización de actividades físicas. A modo general, la recomendaciones del INTA para niños y niñas de 5 a 10 años, son:
Adicional a esto, reemplaza la carne por legumbres al menos dos veces por semana, procura que coma frutas y verduras de distintos colores cada día, y que beba de 5 a 6 vasos de agua diarios.
La idea es que además de otorgarle al niño una nutrición completa, contribuyas a la creación de hábitos que le ayuden a mantenerse en un peso saludable, con energía y una buena calidad de vida. Para esto, el ejemplo es el mejor maestro. Coman juntos o en familia siempre que sea posible. Jueguen, salgan de paseo, practiquen algún deporte o simplemente fomenten la realización de actividad física de una forma lúdica.
Otras recomendaciones prácticas
Recuerda que todos los aportes que hagas en esta etapa contribuirán a la formación de un futuro adulto más sano, activo y feliz.