Los alimentos y productos orgánicos como frutas, granos o vegetales, son todos aquellos que en ninguna etapa de su producción fueron sometidos al uso de pesticidas convencionales, fertilizantes artificiales, aditivos o conservantes, así como tampoco los suelos donde fueron cultivados. En el caso de los animales implica que fueron criados sin el uso de antibióticos ni hormonas de crecimiento.
En este marco, el que son más saludables por no contener pesticidas, el poseer más nutrientes, el tener un mayor nivel de antioxidantes y provocar un menor impacto ambiental han sido los argumentos esgrimidos para preferir el consumo de alimentos orgánicos por sobre los convencionales, a pesar de que su costo sea más elevado.
Sin embargo, diversas investigaciones y estudios llevados a cabo en los últimos años han concluido que no hay evidencia científica suficiente para afirmar que los alimentos orgánicos son efectivamente más saludables y que entreguen mayores beneficios a nuestro organismo.
Una de estas investigaciones fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, quienes revisaron más de 200 estudios publicados que analizaban los posibles beneficios para la salud del consumo de alimentos orgánicos en relación a los convencionales, comparando los niveles de nutrientes entre ambos tipos de alimentos.
Los resultados, publicados el 2012 en Annals of Internal Medicine, mostraron que los productos orgánicos no ofrecen mayores ventajas para la salud que los alimentos convencionales, no existiendo evidencias científicas que los alimentos orgánicos tengan un mayor valor nutricional que los tratados de forma tradicional.
Tras el análisis de los datos obtenidos, los autores no encontraron diferencias significativas en el contenido vitamínico. Solo un nutriente, el fósforo, se encontró en mayor medida en los alimentos orgánicos, pero según lo advertido por los investigadores, debido a que sólo un pequeño porcentaje de la población sufre una deficiencia de este elemento, este descubrimiento no tiene mucha relevancia clínica.
En el caso de la leche orgánica y la convencional tampoco se hallaron diferencias en la cantidad de proteínas y grasas entre ambas. Lo que sí demostraron algunos estudios es que en la leche orgánica existe una cantidad más alta de ácidos grasos Omega 3, que son beneficiosos para el organismo. Sin embargo, no se pudo determinar que esta diferencia de Omega 3 tuviera un efecto positivo mayor en quienes consumieron la leche producida naturalmente.
Respecto a las carnes orgánicas y las convencionales no se encontró mayor diferencia en el valor nutricional. También se detectó que la carne orgánica tiene concentraciones solo ligeramente inferiores de dos grasas saturadas (mirístico y palmítico) relacionadas a un aumento del riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.
Al igual que los huevos, las carnes orgánicas poseen niveles más altos de ácidos grasos Omega 3 (cerca de un 47% más), pero este mayor porcentaje de EPA+DHA tiene un impacto muy pequeño en el consumo.
Exposición a los pesticidas
Según el estudio desarrollado por la Universidad de Stanford, los productos orgánicos efectivamente reducen nuestra exposición a los pesticidas, pero en las últimas décadas los reglamentos sobre el uso de pesticidas en los alimentos producidos de manera tradicional han sido cada vez más estrictos, por lo que su uso ha disminuido notablemente.
En este marco, hay evidencia de que la cantidad de pesticidas que se encuentra actualmente en la mayoría de los alimentos convencionales no tienen ningún impacto negativo en nuestro organismo.
Además, a pesar de la creencia común, los alimentos orgánicos no están libres de pesticidas. En la producción de este tipo de alimentos no se utilizan pesticidas sintéticos, pero sí se ocupan los derivados de fuentes naturales, por lo que no se puede determinar que sean más saludables.
Mayor nivel de antioxidantes
Una investigación realizada por la Universidad de Newcastle en Inglaterra, descubrió que los productos orgánicos contienen entre 18 y 69 % más antioxidantes que los convencionales, lo que ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas como cardiovasculares y neurodegenerativas.
Junto con ello, el estudio -publicado en la revista British Journal of Nutrition- señaló que los cultivos orgánicos tienen concentraciones mucho más bajas de metales pesados tóxicos, como el cadmio, plomo y mercurio, contenidos en plaguicidas.
Pero, al igual que los casos anteriores, los investigadores manifestaron que todavía faltan más estudios en profundidad para determinar efectivamente si a largo plazo estas cualidades que presentan los productos orgánicos son realmente beneficiosas para la salud de los consumidores.
A partir de los resultados de las investigaciones, más allá de la decisión de consumir alimentos orgánicos en vez de los convencionales, lo importante es tener un patrón alimentario saludable y equilibrado, lo cual nos asegura la obtención de los niveles adecuados de nutrientes, vitaminas, proteínas y antioxidantes esenciales para nuestro organismo.