Para muchos dormir es un placer, pero ciertos hábitos alimenticios negativos, condicionan los trastornos propios del sueño, por lo que el consumo de nutrientes específicos, es esencial para que estos actúen como mensajeros químicos entre las neuronas y las hormonas relacionadas con el ciclo del sueño.
Las cenas con alto contenido de grasa o elaboradas con cantidades considerables de especias, suelen producir acidez y reflujo, lo que generará una mala calidad del sueño, más aún si se come justo antes de irse a dormir,.
Para la última comida del día prefiere productos que faciliten la digestión (papaya, alcachofa, espárragos, zapallo o productos integrales) y a la vez que ayuden a potenciar la relajación (plátano, avena, leche caliente, almendras) ya que estos contienen triptófano, lo que aumenta la serotonina, hormona que permite disminuir los niveles de estrés y nerviosismo.
Es importante mantener horas de sueño reparador, ya que las personas que duermen menos presentan mayor probabilidad de consumir alimentos procesados ricos en grasas, carbohidratos refinados y bajas cantidades de nutrientes, siendo muy irregulares en su alimentación. Esto afecta negativamente la salud y el peso, produciendo enfermedades cardiovasculares y déficit de rendimiento.
Educar el sistema digestivo es imprescindible para demandar los nutrientes de forma equitativa y coordinada, establece horarios de descanso, intenta acostarte y levantarte siempre a horas similares, ya que de la relación entre alimentación y el sueño, depende el estado anímico, bienestar físico, rendimiento laboral y calidad de vida.
Practica estos consejos para un sueño reparador:
● Duerme una cantidad de horas adecuadas, estableciendo un horario y cumpliéndolo de forma regular.
● Usa ropa cómoda y fresca para dormir a una temperatura agradable, dependiendo de la habitación en que duermes.
● Toma siestas durante el día que no excedan los 30 minutos para que esta no te genere astenia, debilidad o fatiga general que dificultan el funcionamiento normal.
● Evita la ingesta de bebidas como el café, té, chocolate o alcohol, al menos 6 horas antes de ir a descansar.
● Realiza ejercicios y alimentarse nutritivamente con al menos 2 horas de anticipación antes de ir a dormir.