Hay cinco alimentos que consumimos a diario que han sido catalogados
como verdaderos “venenos blancos” por los altos efectos nocivos para nuestra
salud que provocaría su consumo, creando un estado de alarma que es necesario evaluar, antes de
aceptar a ciegas.
Se trata de la sal de mesa refinada, harina de trigo, arroz blanco, azúcar
refinada y la leche de vaca pasteurizada.
Se señala que el proceso de refinado al que se someten estos alimentos provoca una
reducción importante de su valor nutricional, pérdida de fibra
dietética, minerales y vitaminas que son esenciales para nuestro cuerpo, además
de la integración de aditivos químicos que son dañinos para el organismo.
En
algunos casos este refinamiento puede afectar la composición nutricional, pero
en una proporción tan leve, que no resulta significativo su impacto a
la salud. Por lo tanto,
ninguno de estos alimentos puede ser realmente considerado un “veneno”, ya que todos
pueden ser inocuos, si su consumo es equilibrado.
Lo
que sí se ha podido establecer es que comerlos en exceso está relacionado con un
mayor riesgo de padecer enfermedades.
El mito de los
cinco
1) Sal
Tanto la sal natural como la refinada están compuestas
principalmente por cloruro de sodio, siendo este mineral necesario para el
correcto funcionamiento de los músculos y nervios, además de ser eficaz para controlar el volumen sanguíneo.
La OMS recomienda un consumo de sal de hasta 5 gramos al día,
precisando que ingerir una dosis
superior a esta, sí puede aumentar el riesgo de sufrir hipertensión arterial y
enfermedades cardiovasculares.
Aquí hay que tener especial cuidado, ya que la sal no se
remite solamente a la que se ocupa para aliñar o cocinar. La mayor cantidad de
ésta proviene de los alimentos procesados (snacks, embutidos, platos
precocinados, etc.), con lo cual fácilmente se puede superar la cantidad
permitida.
2) Azúcar
Las
sustancias químicas que se utilizan en la elaboración del azúcar son solo
coadyuvantes tecnológicos, que son retirados antes de llegar al producto final,
pudiendo quedar a lo sumo restos en cantidades ínfimas e inocuas para la salud.
El
azúcar natural y el refinado están compuestos por sacarosa, en la proporción de
85% en forma natural y 100% en el producto refinado. Desde un punto de vista
nutricional no tienen ninguna diferencia ambos tipos de azúcar.
La recomendación de la OMS es un consumo máximo de 50 gramos
diarios. Tal como la sal, el problema es que la mayor parte del azúcar
consumido proviene de los alimentos procesados como pastelería, jugos, postres, bebidas gaseosas, entre otros.
El consumo excesivo de azúcar sí es perjudicial para la salud,
porque está relacionado con problemas como sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades
cardiovasculares.
3) Harina refinada
Para la obtención de harina a partir del grano de trigo no es
necesario emplear tratamientos ni compuestos químico (aparte de agua), ya que
todas las operaciones se llevan a cabo mediante mecanismos físicos.
La harina refinada en sí misma no es perjudicial para la
salud, pero teniendo en cuenta que la harina integral, tiene una mayor cantidad
de nutrientes (principalmente fibra, vitaminas y minerales) y menor índice
glucémico, es la más recomendada.
4) Arroz blanco
Si bien el arroz blanco es un carbohidrato complejo de alto índice glucémico, es un alimento que ayuda a mantener la glucemia (presencia de azúcar en la sangre) de nuestro organismo estable, porque se absorbe de una manera más lenta proveyendo la glucosa neces