Tener una alimentación saludable no siempre es suficiente para perder peso. Llevar una vida sedentaria, realizar pocas comidas al día y no tomar suficiente agua, son factores que pueden estar contribuyendo a que tu metabolismo funcione de manera deficiente.
Pero antes de hablar de lo que puede acelerar el metabolismo, debemos tener claro qué es. Muchas personas tienden a asociarlo con la digestión o la cantidad de veces que se va al baño, pero no es precisamente eso.
El metabolismo es la cantidad de energía que usamos para transformar los alimentos en energía. Cada vez que comemos, el cuerpo metaboliza los alimentos y los transforma en energía para realizar todas sus funciones vitales como caminar, respirar, pensar, etc. Sin embargo, si queda energía sobrante, el cuerpo la transformará en grasa.
Tener un metabolismo lento, puede sabotear casi cualquier idea de bajar de peso, por eso es tan importante preocuparnos de agilizar su funcionamiento. Debes saber que mientras más energía gaste tu cuerpo, más rápido será tu metabolismo y menos grasa acumularás.
La buena noticia es que acelerarlo no es una tarea compleja si se logran cambiar ciertos hábitos que detallamos a continuación.
1. Realizar actividad física. Puede sonar majadero, pero es cierto. El ejercicio es vital no sólo para quemar grasa, sino que también sirve para apurar el metabolismo, ya que la tasa metabólica de las personas con más masa muscular, es mayor. Uno de los ejercicios óptimos para lograrlo y que se recomienda mucho últimamente, son las actividades con intervalos de tiempo mezclado con pesas.
2. Tomar agua. Esta recomendación también puede sonarte repetida, pero es importante porque el cuerpo necesita agua para poder quemar calorías. Si estás deshidratado, tu metabolismo sí o sí, andará lento. Dos litros de agua al día, es el mínimo recomendado, cuota que aumenta en caso de realizar actividad física.
3. Toma desayuno dentro de la primera media hora desde que te despiertes. Para mantener el metabolismo activo una de las cosas más importantes es el desayuno. Tras una noche de ayuno de ocho horas o más, el cuerpo necesita volver a trabajar. Si te lo saltas o te demoras demasiadas horas en tomar desayuno, el cuerpo activa su “modo de ahorro”, e intenta acumular como grasa los alimentos que se consumen en el día.
4. Distribuye en varias partes las comidas del día. Saltarse el desayuno, comer mucho durante la noche y nada durante el día, o hacer dos o tres comidas diarias solamente, es un gran error para el correcto funcionamiento de tu metabolismo. Lo ideal, es dividir las comidas en cinco. Las tres comidas principales: desayuno, almuerzo, cena, y dos colaciones entre cada una. Esto hará que tu cuerpo esté trabajando todo el día en intentar digerir estos alimentos, y además, llegarás con menos hambre a tu siguiente comida.
5. Consume más proteínas. El cuerpo quema más calorías cuando intenta digerir proteínas, que cuando lo hace con grasas o carbohidratos. Prefiere las proteínas con poca grasa como el huevo, las carnes magras, el pescado, el pavo y las legumbres, entre otras.
6. Evita los alimentos procesados. Los colorantes y preservantes son prácticamente imposibles de metabolizar por el cuerpo y el organismo debe trabajar el doble para eliminar toxinas de nuestra sangre.
7. Salte de la dieta una vez a la semana en una sola comida. Este tip es poco conocido y no es recomendable si se tiene mucho sobrepeso u obesidad. Pero si tu peso está dentro de lo aceptable para tu edad y estatura y estás buscando perder solo algunos kilos o mantenerte, puede funcionar bien. Los culturistas han sabido por años que las “comidas trampas” (como se les llama a comer algo que está fuera de la dieta), puestas estratégicamente un día de la semana, pueden ayudar a prevenir la desaceleración metabólica anteriormente mencionada. Una comida de este estilo cada 5 o 7 días, puede volver a reactivar tu metabolismo si este está muy enlentecido, regulando también tus niveles hormonales. Lo mejor para tu mente es que este truco ayuda a combatir la ansiedad de estar permanentemente a dieta.
Ahora, si pese a intentar todo lo anterior, no consigues lograr un cambio, es recomendable que consultes a un experto para controlar el estado de tu tiroides, que es la hormona que controla la tasa metabólica del cuerpo, u otro trastorno metabólico que pueda estar afectando tu metabolismo.